Las estrategias de gestión de activos (GA) han pasado de enfoques reactivos y basados en calendarios a marcos más proactivos, basados en datos y orientados al rendimiento. La gestión de activos basada en el rendimiento (GABR) representa un proceso sistemático que utiliza métricas y objetivos de rendimiento para orientar las decisiones durante el ciclo de vida de los activos de las infraestructuras. Se caracteriza por una planificación orientada a los resultados, el cálculo del coste del ciclo de vida, la gestión de riesgos y la toma de decisiones basadas en datos y se ajusta a normas internacionales como la ISO 55000ff.